La crítica ha sido dura en contra de MARGARITA ARELLANES CERVANTES, alcaldesa de Monterrey, Nuevo León, por haber entregado las llaves de la ciudad a JESUCRISTO, pobre mujer, en las redes sociales casi la satanizan por tal osadía.
Lo cierto es que las cosas de DIOS a DIOS y las del CESAR al CESAR, en nuestro país la referencia va en el sentido que las cosas de la política o la función publica deben de estar al margen de la religión, es orden de los hombres, pero también son órdenes del divino.
Es por eso que las palabras de la alcaldesa de Monterrey son tan cuestionadas y espantan tanto que algunos hasta creen que DON BENITO JUAREZ GARCIA se esta revolcando en su tumba, sintiendo que el Estado laico tiende a desaparecer.
La verdad es que en estos tiempos donde los demonios de todo género azotan la tranquilidad y que las autoridades se sienten rebasadas, que está el pueblo en completa indefensión y a merced de cuanta calamidad lo que ensombrece la tranquilidad, pues no queda de otra que refugiarse en la Divinidad.
Cierto, las palabras de la alcaldesa son un grito desesperado, tácitamente acepta que las cosas están fuera de control, que no hay poder humano que le de certeza y tranquilidad a los ciudadanos porque el poder de las instituciones es menor a los grandes males que se viven.
Igualmente puede verse como un acto de humildad y reconocer que ante los demonios la única fuerza posible es la de DIOS, que para salir adelante se requiere la voluntad del pueblo.
Sin embargo también es tiempo que las autoridades no finjan demencia y, sobre todo, que se pongan a trabajar, está bien que fomenten la fe pero para que las cosas buenas sucedan es necesario ponerse en manos del Altísimo y al tiempo estar trabajando, atender la conseja aquella de que a Dios rogando y con el mazo dando.
Además, para que hacen tanto escándalo los políticos si la verdad es que los credos nunca han estado al margen de la política, ¿qué el PAPA venga a nuestro país y lo reciban las primeras autoridades, que todos recen y casi se arrodillen ante él, si se puede?, es lo mismo que los presidentes de la República acudan hasta al Vaticano para bendecirse, con familiares y amigos, mientras en el país los demonios mutilan ilusiones, secuestran conciencias, desaparecen esperanzas y asesinas tranquilidades, tampoco es correcto, o ¿sólo los altos mandos tienen derecho a ponerse públicamente en manos de DIOS?, obvio no, la Constitución es para todos y más para las autoridades.
Otra gran verdad es que políticos se encomiendan a toda fuerza espiritual posible cuando lo creen necesario y para que la gente les vea cara de buenas personas, por eso se dejan ver en las iglesias.
En respuesta igual los Obispos, curas, y guías de otros credos, declaran sobre política y hasta intervienen en procesos electorales, la pregunta es dónde esta la separación de la iglesia y el Estado, porque tanto escándalo porque la alcaldesa de Monterrey puso a su ciudad en manos de DIOS.
MARGARITA ARELLANES se atrevió a decir que entrega las llaves de JESUCRISTO para que sea él quien vele por el pueblo creyente y les reconforte espiritualmente, pero, el odioso pero, le faltó decir que para realizar las acciones terrestres en beneficio de la ciudadanía esta su alcaldesa que luchara todos los días contra todo por el bien de su gente, eso es lo que quizá le falte hacer.
La alcaldesa regia ha sido la más cuestionada pero no es la primera vez que sucede, y por lo visto ni la ultima, otros mandatarios ya adaptaron la acción y eso no quiere decir que el legado de JUAREZ se tire a la basura, es la imperante necesidad de querer tener paz y no es cuestión de colores.
Si el país más poderoso del mundo, nuestro vecino del norte grita que esta en manos de DIOS, tanto que hasta en su billete verde imprime una leyenda que dice IN GOD WE TRUST, “EN DIOS CONFIAMOS”, por qué entonces en México no se podría, porque entonces en una nación que es por todos sabido la gran fe que tiene no puede pedir ayuda de DIOS, por qué no pedir a JESUCRISTO que su reino de paz y bendición sea establecido en un pueblo si es lo que más se quiere en estos tiempos.