Cd. Victoria, Tam.- La modificación en el proceso de floración causado por el cambio climático origino ya una pérdida del 40 por ciento de la producción de miel en los dos últimos ciclos apícolas, reveló Carlos Denova.
El Presidente de la Asociación de Apicultores, de los municipios de la zona centro de Tamaulipas, admitió que el cultivo y cosecha del producto natural tiene ya una baja producción.
Explicó que hasta hace unos años Tamaulipas se ubicaba entre las entidades con elaboración de la miel, con 600 toneladas anuales, sin embargo dicha producción ya es diferente dado a que el clima hizo cambiar la floración de azahar y del mezquite, que ambos se da en diferentes temporadas durante el año.
“Es algo critico el que se nos estén moviendo las fechas de cosecha, anteriormente teníamos bien definida la de azahar y cuando terminaba comenzaba la del mezquite, pero ahora se nos están juntando las cosechas y no podemos sacar una cosecha unifloral definida”, dijo.
Dijo que por esa consecuencia el promedio de producción de miel, en el ciclo de primavera, es muy bajo para las personas que se dedican a la actividad de la apicultura.
“Todo es cuestión climática definitivamente, sí se nos viene menos de agua se nos modifica la cantidad de horas luz de la flor y eso cambia y sí esa flor no recibe eso, con la humedad adecuada, no da el néctar que requerimos”, explicó.
El empresario estimó que el factor del clima causará también una perdida en la producción de la miel que superará el 30 por ciento, del total que se espera manejar para el presente ciclo del 2012.
En ese sentido admitió que existe una gran diferencia en Tamaulipas para poder determinar cuantas personas dedican tiempo a la apicultura, pues dijo que por un lado la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) maneja un padrón de agrupa a 352 productores; mientras que por el otro se aplicó un estudio donde determinó que son solo 152 inscritos en la asociación.
Carlos Denova admitió que la baja en el padrón podría originarse a la falta de apoyos y al grave problema de inseguridad, pues reconoció que el apicultor ya no instala apiarios en zonas consideradas como de alto riesgo e, incluso, reciben advertencias de personas extrañas de que no ingresen a determinado lugar donde se acostumbraba a colocar la colmena, para que las abejas recopilarán el néctar de la flor.
Abel Castillo-Herrera
Reportero