Especular…

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En este pueblo que se muere de hambre muchas veces no queda más que hacer mofa, chiste, burla de la situación que vivimos, y cuando eso ya no llena buscamos el ocuparnos en cosas intrascendentes, como a difundir rumores disfrazados de estudios analíticos bien picudos o darle a simples sondeos la categoría de una encuesta que refleja la real y neta historia del sentir de nuestro país.

Quizá sea esta cultura la que provoca que mientras en las sierras de Chihuahua caen víctimas del hambre muchos indígenas tarahumaras los mexicanos nos ocupemos del chiste de Platanito que “afecto” el recuerdo de los niños que murieron en una guardería, o de la mala memoria o el no gusto por la lectura de Enrique Peña Nieto, y otras veces de los aretes de 45 mil pesos de Josefina Vázquez Mota, por supuesto, nadie pierde oportunidad de recordar aquellos tenis de varios miles de pesos que calzaba el hijo del austero Andrés Manuel López Obrador.

Igual, mientras la mayor parte de los tamaulipecos sufrimos de la inseguridad que ha paralizado la economía de la región, en los cafés no deja de comentarse la alerta migratoria y la investigación que hace la PGR en contra de los ex gobernadores de Tamaulipas cuando lo ideal sería que el tema lo tomaran las autoridades con todo celo para aplicar la justicia con pruebas en la mano, todo eso, mientras hacen trabajo de fondo para combatir las adicciones, el desempleo, la educación y la salud que en su conjunto debe ser una forma más eficaz de solucionar de raíz los problemas que nos aquejan.

Pero no, somos un país de especulación, donde el deporte favorito es el rumor, un lugar donde simples palabras son más eficaces para quitar un voto que cualquier otro problema, tragedia, inmoralidad, o delito, que puedan llegar a cometer los aspirantes a puestos de elección popular.

Más problemático resulta que no solo los partidos políticos y la sociedad le abone a la especulación como una forma de hacer política electoral, sino que hasta las propias autoridades que tienen todo un respaldo moral le entren a semejante causa, a deteriorar más el animo del colectivo anunciando con bombo y platillo situaciones que ponen a llorar a cualquiera por lo aberrante que suelen ser.

Referencia, por ejemplo, ayer la Comisión Nacional de Derechos Humanos anunció que en México se explotan a más de 16 mil niñas y niños con fines sexuales (otra situación que debe ser suficiente para crucificar a un gobernante), a ojos vistos parece una especulación de un organismo por demás serio en el país que pierde toda credibilidad al andar declarando semejantes cosas.

No existe la menor duda de que en México ocurren aberraciones contra niños y niñas, difícil olvidar la pederastia de políticos que ahora pretenden regresar a tener más poder, de empresarios, y hasta de un cura muy famoso, el Padre Maciel, pero lo que es intolerable es que un organismo público que tiene un presupuesto enorme, además de una solvencia moral todavía muy por encima de la media nacional desperdicie toda su credibilidad en anunciar este tipo de cosas.

Es decir, la Comisión Nacional de Derechos Humanos si conoce de 16 mil casos de explotación sexual (aunque fuera uno solo) lo que debe hacer es denunciar ante las autoridades, luego seguir las investigaciones, y finalmente hacer declaratorias, recomendaciones o lo que sea necesario en caso de que la autoridad no proceda, pero en lugar de ello se van por la fácil, por lo que no cuesta mucho trabajo ni dinero, lo intolerante de especular y caer en la complicidad del delito por flojera o simple y sencillamente por no actuar conforme a la ley.

Con esa acción la CNDH supera la especulación que hacen en la política las encuestadoras patrocinadas quien sabe por cuales políticos, como una que salió ayer a la opinión pública de Tamaulipas para anunciar que levantó datos entre el 9 y el 14 de enero y que Manuel Cavazos encabeza las preferencias electorales con un 17 por ciento, seguido por tres priístas más y con 8.79 por ciento aparece Francisco Javier Garcia Cabeza de Vaca en cuarto sitio.

En datos concretos la encuestadora dice que los priístas en conjunto acaparan las preferencias con cerca del 60 por ciento de las opiniones positivas, mientras todos los panistas apenas suman un 20 por ciento en su afinidad con la sociedad.

Lo increíble de todo esto es que para esos días, entre el 9 y el 14 de enero, todavía no se escuchaba en Tamaulipas el nombre de Manuel Cavazos como aspirante o probable candidato al Senado.

Por formación estoy cierto que las encuestas son un método que puede medir con mucha precisión preferencias, pero también hay que ser conscientes de la manipulación que sufren muchas de ellas, no hay duda (a estos días) de que Cavazos Lerma ya debe estar en el animo de muchos prístas y en el desanimo de otros, pero… ¿entre el 9 y el 14 de enero?, por favor.

Ahora si que tendríamos que creer que nuestro pueblo es más sabio y mucho más real que toda esa manía de especular y por eso en esas fechas quería al hombre de las pirámides, las botas, el sombrero y el cinto pitiado como su candidato, es decir, que su partido en realidad les hizo mucho caso.

Les dejo el twitter @gatovaliente para que nos siga, también el correo electrónico y la cuenta de facebook a sus órdenes para lo que guste y mande… marcovazquez20001@hotmail.com

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