Al Cesar lo del Cesar…

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VIDA DIARIA
ROSA ELENA GONZALEZ

Estamos inmersos en un proceso electoral, tiempo propicio para que todos los políticos aprovechen las fechas importantes para hacerse presentes.

Muestra fue el 24 de Febrero, Día de la Bandera, de nuestra gloriosa bandera mexicana, las redes sociales se invadieron de la imagen del lábaro patrio con leyendas alusivas a la fecha, la gran mayoría era proveniente de políticos de todos los colores, más de los priistas que aprovechaban el lienzo tricolor para hacerse presentes.

Y es que en procesos electorales a los políticos les nace la humildad, les renace el fervor patrio y se convierten de la noche a la mañana en amigos del pueblo y respetuosos de todo lo que nos identifica como mexicanos.

Hipócritas es lo que son muchos de ellos porque, créame, si no anduvieran tratando de congraciarse con el pueblo, encampañados, ni siquiera se hubieran acordado de que se festejaba el Día de La Bandera Mexicana.

Pero bueno, son tiempos electorales momentos en que los políticos van a todo lo que se mueva y aunque en ocasiones no sea muy ético si entra en lo aceptable, políticamente hablando.

Lo que no es correcto o aceptable es alterar los tiempos, espacios y relajar los valores que hacen perder el respeto a la familia, la divinidad y la patria, que los políticos permitan que se le falte el respeto a lo que nos identifica como mexicanos, en este caso, nuestra Bandera Mexicana y su toque, marcha.

A qué viene todo esto, pues a que tal parece que a la Secretaría de Gobernación le hace gracia que se cambie la solemnidad del toque de bandera a nuestro lábaro patrio y se convierta en cumbianchero, un género musical que ni siquiera nos identifica como mexicanos, al ritmo que vamos quizá para el otro año salgan bailando chuntaro.

En televisión nacional se translimitó un spot alusivo al Día de la Bandera Mexicana, inicio muy bien, pero luego la marcha se convirtió en una cumbia, quizá para mucha gente esa situación es algo sin importancia pero la verdad es una falta de respeto a nuestros símbolos patrios y, lo peor, no hubo ningún señalamiento por parte de ninguna autoridad, no se sabe si por falta de interés o simplemente porque ni atención ponen en lo que sucede en esta bella patria.

No es que se esté peleado con los ritmos pero para todo hay espacios y nuestros himnos merecen ser interpretados tal y como son, con solemnidad y orgullo, al Cesar lo del Cesar.

Para nada es bueno que nuestros niños y jóvenes vean que bajo la anuencia de las autoridades se puede faltar el respeto a nuestros himnos y cantos.

Si se relajan con la solemnidad cívica se relajan los valores y a ese paso en poco tiempo no tendremos identidad nacional, no tendremos ese sentido de pertenencia, no se tendrá educación integral y será difícil que se tenga una restructuración de nuestro tejido social.

¿Dónde está CHIONG?, antes hasta se tenía una sanción a quienes no colocaran e izaran correctamente nuestro lábaro patrio y ahora resulta que hasta le cambian el ritmo a su canto con la anuencia de las autoridades de gobernación y defensa nacional.

Nuestros símbolos patrios merecen respeto, es importante que no se relajen los valores cívicos, que las nuevas generaciones honren a nuestra bandera, nuestros himnos, marchas y cantos, amen todo lo que nos identifica como mexicanos, que se les inculque el sentido de pertenencia.

Claro que es bonito darle alegría, colorido a las fechas celebres, pero es más emocionante sentir latir fuerte el corazón al escuchar cómo debe ser el himno nacional, el canto a nuestra bandera que es el símbolo de la unidad de nuestra patria.

Las cumbias para las fiestas, la solemnidad para los himnos, al Cesar lo que es del Cesar.

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