A punta de bala…

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Ni siquiera era para inteligentes predecir que durante el próximo sexenio el Ejército Mexicano, las Fuerzas Armadas, y todas las corporaciones federales, seguirían en la calle, combatiendo a punta de bala delincuentes, es sentido común, alejarlos significaría tanto como dejar a la gente en pleno estado de indefensión.

Cierto, hasta hoy es más el daño que el beneficio causado con la estrategia de Felipe Calderón de sacar a los elementos castrenses a la calle y hacer de las mismas una zona de guerra, sitios ideales para sus enfrentamientos contra los delincuentes y siempre con alto riesgo para la sociedad que vio caer a miles y miles de personas inocentes que tuvieron la mala suerte de estar en lugares equivocados a las horas equivocadas.

Fue más el daño porque la estrategia de matar y matar a delincuentes, e incluso de apresar a otros pocos, no fue de ningún beneficio para la sociedad, no disminuyó el problema, vaya, la delincuencia cada que puede les demuestra que esta mejor capacitada que ellos para renovarse, para mover sus estructuras, para acomodarse y retomar sus actividades prontamente, sin importar el rango de la persona a quien le eliminen.

Poco, o nada, entendió este gobierno en ese tema, siguieron creyendo que la violencia se acaba con violencia cuando, hasta un niño de primaria, sabe que es mejor prevenir que lamentar, y el problema es ese, que mientras se gastaron el dinero en balas, movilizar tropas, y hasta pagar hoteles de cinco estrellas para sus elementos de las policías federales, descuidaron las escuelas, la prevención que se debe diseñar en los sistemas de salud, y también el combate a la pobreza.

La realidad es cruel, pero es la realidad, hoy, a pesar de que presumen haber abatido a casi todos los principales capos de los carteles, nada ha mejorado, al contrario, México está envuelto en la peor ola de violencia, de inseguridad, y para garantizar que continuará la misma situación por varios años también aumentó el número de pobres a 52 millones de personas, tenemos 32 millones de mexicanos que no han terminado sus estudios básicos, la calidad de la educación es de mediocre a pésima por lo que difícilmente se colocaran en buenos trabajos y, todavía peor, tenemos un alto índice de desempleo, de personas que no tienen ni que comer porque no reciben un solo peso de ingresos.

Ese es el México de Calderón y, aunque duela, nada podrá mejorar mientras no se diseñen estrategias diferentes del combate a la delincuencia que incluya desde la educación, la salud, el empleo y, entre otras cosas, que las autoridades locales participen también lo que es una situación que no puede ser porque no existen policías municipales o estatales que tengan la capacidad de actuar con posibilidades de éxito y los federales no han sido entrenados para tal efecto.

Todo lo anterior viene a colación por las declaraciones del dirigente del PRI nacional, Pedro Joaquín Coldwell, quien afirmó que sería un suicidio sacar al Ejército de las calles, que seguirán patrullando hasta en tanto no se corrijan todas las deficiencias.

El único punto bueno de sus declaraciones es cuando garantiza que se afina la posibilidad de hacer más inteligente la lucha contra el narcotráfico, que para hacer eficiente esa tarea será un 80 por ciento labores de inteligencia y un 20 por ciento de operación policial.

Se escucha bien bonito, desde luego, y es lo deseable que los elementos de seguridad ataquen de manera sigilosa, eficiente, que puedan realmente disminuir la capacidad de los delincuentes y no simplemente que se enfrenten a ellos a punta de bala porque de esa forma todos perdimos.

Lo más complicado será cuando quieran aplicar la estrategia, ¿con quién?, ¿con qué?, cómo?, lo dicho, nuestra situación, nuestras circunstancias, nos hacen predecir que nada va a cambiar, que están maniatados para trabajar con inteligencia por lo que seguirá esta lucha a punta de bala.

El Postre… ayer el Congreso de Tamaulipas tuvo su primer sesión ordinaria del segundo periodo del segundo año legislativo, escuchar a los legisladores hacer sus posicionamientos de todos los partidos políticos da orgullo por lo bonito que hablan, sin embargo, sus palabras dibujan una situación que no existe.

Por supuesto que gusta que se pronuncien en transparencia, de trabajar para equilibrar a este Estado, de hacer leyes que beneficien a los grupos más vulnerables, y hasta proponer reformas en puntos clave del trabajo legislativo, pero lo dicho, hablar no lo es todo.

Los votos son porque se cumplan sus deseos que no pasan de ser eso sus palabras, que hagan trabajo político, se pongan de acuerdo, y en algo contribuyan a lograr el Tamaulipas fuerte que todos queremos.

Desde luego que en mucho tendrá que ver el presidente de dicho organismo Rodolfo Torres Salinas, también los coordinadores parlamentarios de las otras fracciones, a todos se les ven ganas, ayer se les vio disposición, ojalá ahora hagan coincidir sus dichos con sus acciones.

Por cierto, la legisladora Teresa Corral, del Partido Acción Nacional, dio la muestra de que se puede trabajar todos en el mismo sentido, al hablar sobre la salud de los tamaulipecos reconoció el trabajo del gobernador priísta Egidio Torre Cantú, también señaló que se hace lo suficiente y de buena forma para lograr el Tamaulipas humano que se propuso por el gobernante, de eso hablamos, de que los legisladores se despojen de su camisa partidista para que puedan reconocer aciertos de los demás y en su momento, también les reconozcan su trabajo.

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