Alejandro de Anda
CLAROSCURO
“Pretendo quitar la palabra ‘género’ de nuestros colegios”. Diputada Presidente Com. Educación del Congreso de Perú Tamar Arimborgo. Partido Fuerza Popular.
LO MUY CLARO. La época decembrina y la temporada de celebrar principalmente en familia momentos eucarísticos (religión cualesquiera que esta sea) y para muchos simplemente el recuento de todo un año.
Así pues, nos permite también a los ‘escribanos’ compartir opiniones de reflexión.
Hace pocos días tuve la magnífica ocasión de ser partícipe de un foro de expresión relativo al combate a la corrupción y en ese módulo, específicamente sobre corrupción con visión de género.
No será elocuentemente el tema, el tratar los asuntos de ética y moral, sino más bien el enfoque humanista al que gustan llamar muchos ya, de género.
Ponentes muy destacadas con amplia sapiencia intelectual, destaca la postura de Sol Sánchez Rabanal (Colectivo 50 más 1), por su narrativa más que autocrítica, pensada.
Manifiesta que según las observaciones, no existen datos suficientes que hagan comprobar que las mujeres sean menos corruptas que los hombres.
Antes supondríamos que de acuerdo a los resultados, más mujeres sean medidas, mayores serán las cifras aportadas.
Pero tampoco es por ahí la especie.
El mayor apunte contrasta en este tenor. Hablar de perspectiva de género, no es referirse exclusivamente a la mujer.
Es entender que debe respetarse en su caso la igualdad y buscar paridad en el tema que sea tratado.
Pero –pregunta Sol- ¿por qué dar una licencia de maternidad a una mujer de 6 meses y a un hombre de una semana y si acaso, un día?
Esa es la perspectiva y la verdadera visión de género. Buscar el equilibrio por sobre todas las cosas.
La lucha incesante por puestos, espacios, curules, por demostrar que se es apta y/o apto y luchar con las uñas, es un combate cuyo resultado culmina finalmente, en una desigualdad. Disparidad.
Se habla de violencia de género en el reprobable acto del abuso de fuerza sobre la mujer; pero no se fundamenta así cuando ésta es en contra del hombre. Más bien, es un dato ‘risible’ hablar del mandilón.
La disputa –que aplaudimos- de la mujer por conquistar espacios, seguirá y su camino es aún cuesta arriba. Le faltan muchos años para su coronación. Pregunte usted a los pueblos árabes.
Cuando la enseñanza aún más allá de lo religioso (amaos los unos a los otros –que no las unas o las otras-) proviene de nuestros padres.
¿Se dice que es nueva la confrontación de géneros y la búsqueda de la mujer por conquistar espacios?
Vea usted la joya poética que nos comparte la literatura maya oaxaqueña que trasciende en la historia.
(Palabra y Pensamiento).
Tú eres de sangre y carne,
Yo también soy de sangre y carne,
Tú algo sabes,
Yo también algo sé,
Tú algo no sabes,
Yo también algo no sé,
Entonces, entonces,
Es mejor que nuestros corazones caminen juntos,
Es mejor que hablen juntos,
Es mejor que uno sean nuestros corazones.
Porque si así lo hacemos,
Entonces, solo entonces,
Así crecemos juntos, así florecemos, así fructificamos,
Y así, así llevamos nuestro buen vivir en comunidad.
COLOFÓN: Dicen las activistas ¿Colectivo de mujeres? ¡Somos mayoría! Debían preocuparse los hombres, porque ellos sí serían un colectivo muy minoritario. Amén.
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