Desarrollan en la UAT proyecto para mejorar calidad de la educación básica

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En evaluaciones nacionales e internacionales los alumnos mexicanos han obtenido puntuaciones bajas respecto a sus similares de otras latitudes. Esto ha preocupado a los actores del sistema educativo y no es ajeno a la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), donde hoy se gesta un proyecto cuyo objetivo es mejorar la enseñanza básica mediante modelos de innovación.

Investigadores del Centro Multidisciplinario de Investigaciones Regionales (CeMIR), organismo que depende conjuntamente de la UAT y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se han propuesto desarrollar una plataforma para la enseñanza e innovación educativa orientada a cuatro aspectos cruciales para mejorar la calidad del nivel básico: matemáticas, ciencias, lectura y escritura y educación en valores, al tiempo que contribuirá al crecimiento profesional de los maestros.

La propuesta es tan sólida que recientemente el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) autorizó un financiamiento de 1.5 millones de pesos para impulsar su primera etapa, la cual se plantea el diseño de la plataforma más cuatro cursos de formación docente vía Internet en las áreas mencionadas.

El responsable del proyecto es el director del CeMIR, Héctor M. Cappello, doctor en Psicología Social y profesor de la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades. Su equipo ha tenido a su cargo, entre otros proyectos, el diseño, evaluación y actualización del programa de Educación en Valores que opera el sistema educativo estatal.

Lo que el CeMIR busca proporcionar a los maestros no son los métodos tradicionales de enseñanza, apunta Cappello. “Es otro tipo de modelos: los modelos de innovación. La plataforma permitirá que aquellos profesores que deseen tomar los cursos tengan libertad absoluta para inscribirse, ir a su paso y además adiestrarse en las nuevas metodologías de la educación en esas áreas tan importantes”.

Pero hay algo más, lo cual añade valor a la propuesta. Cada uno de los cursos equivale a un nivel de subespecialización y los maestros no estarán obligados a tomarlos todos, pero si acreditan los cuatro, reunirán los créditos correspondientes a una maestría en innovación educativa.

De modo que, con la participación de la UAT, los profesores de primaria y secundaria tendrán dentro de poco una opción más para revolucionar su práctica educativa en beneficio propio y de sus alumnos.

 

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