Las viviendas de 44 metros cuadrados de construcción, que son financiadas por el Infonavit, principalmente en fraccionamientos de Altamira, están muy lejos de ofrecer condiciones dignas de vida a las familias, que habitan en el hacinamiento y la estrechez.
Hermenegildo Flores Silva, responsable de la Comisión de Previsión Social del Sindicato de Albañiles sección 4 del Sindicato de Albañiles de Tampico, dijo al respecto que son los empleados con menos ingresos, como los de establecimientos comerciales o de la construcción, los que tiene en esas viviendas la única alternativa, lo que condena a sus familias a vivir en espacios muy reducidos.
Factores como el alto costo de los terrenos, la falta de reservas territoriales en Tampico y Madero y el sobre precio de las casas obliga a los trabajadores, esposa e hijos a convivir en espacios muy estrechos, pues las recámaras sin espacio para closet, porque apenas cabe una cama matrimonial y un ropero, cuentan con un solo baño y pocas son las que tienen opción de ser ampliadas, ya que son edificadas en vertical en cuádruples o séxtuples
Esas viviendas llamadas populares tienen un precio promedio de 240 mil pesos y actualmente se edifican en los fraccionamientos Los Prados, Arboledas, Los Olivos y Los Mangos en Altamira.
La exigencia de las organizaciones sindicales de la CTM es que el Infonavit retorne a su política de antaño de dar vivienda digna a los asalariados y obligue a la edificación de espacios habitacionales más amplios, de al menos 60 metros cuadrados, pues no se vale que los empleados con menos ingresos económicos estén obligados a vivir en condiciones lamentables.
El Instituto Nacional de Fomento de Vivienda para los Trabajadores ha dejado atrás su espíritu de apoyo a las clases asalariadas y no otorga un patrimonio adecuado al grueso de las familias.
Hasta hace algunos años, las edificaciones oscilaban entre los 55 y 60 metros cuadrados, pero las calificaciones aplicadas a los empleados limitan la asignación de viviendas de buen tamaño, puntualizó.
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