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General experimentado a SSP Sinaloa

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)


+ Moisés Melo García, a salvar a Malova

Luego del arresto de Joaquín El Chapo Guzmán en Mazatlán, el gobernador sinaloense Mario López Valdés (Malova) designó al ex jefe de la III Región Militar en Sinaloa y Durango, general Moisés Melo García, como coordinador general de seguridad pública.

En medio de un aumento en la tensión de seguridad por El Chapo, de protestas sociales inducidas en defensa del narco y de presión de opinión pública, el gobernador Malova puso al divisionario en un nivel superior de la estructuras de seguridad y por tanto con funciones de coordinación de mandos.

El general Melo García apenas había terminado sus tareas militares el primero de febrero por cumplir 65 años de edad y pasar a retiro, pero el gobierno estatal va a aprovechar su experiencia de más de trece años en mandos militares en Sinaloa. “Se le va a extrañar”, le dijo Malova pero un mes después lo contrató para aprovechar su amplia experiencia en seguridad pública.

La plaza de Sinaloa y Durango es de las más difíciles en materia de seguridad, sobre todo arraigo de los narcos en la zona desde finales de los años sesenta. El Chapo comenzó a operar en el territorio sinaloense hacia los ochenta y se hizo del control del Cártel de Sinaloa o, más ampliamente, el Cártel del Pacífico. Paulatinamente, sobre todo en el sexenio pasado, el ejército fue desmantelando el Cártel de El Chapo y éste también se debilitó en su afán por extenderse hacia Ciudad Juárez y el Golfo.

En noviembre del 2011, el general Melo García dio un duro golpe a la banda de El Chapo con el arresto del operador Ovidio Limón Sánchez, quien estaba en la lista de los diez narcos más buscados por la DEA y con una recompensa por cinco millones de dólares. Lo importante del asunto fue la labor de inteligencia militar para localizar, acotar y detener al narco sin disparar tiros. Ese arresto fue parte del daño causado por los militares al Cártel de El Chapo, desmintiendo en los hechos la versión de que el gobierno federal había hecho un pacto secreto con el narco.

En Indicador Político del pasado miércoles 26 de febrero aportó datos duros de la persecución contra El Chapo y el daño a su estructura criminal:

“De 2006 a 2011, el 24% de los arrestos de criminales en el país que hizo el ejército fue del Cártel de Sinaloa de El Chapo, un cuarto de las casi 100 mil aprehensiones realizadas por militares. De los 22 mil 547 delincuentes de El Chapo detenidos, hubo cuatro líderes, veinte operadores financieros, veinte lugartenientes 449 sicarios, 35 funcionarios involucrados y más de 22 mil colaboradores y distribuidores al menudeo”.

La situación en Sinaloa había llegado en momentos a situaciones de crisis sobre todo por el poder de El Chapo frente a las policías estatales y municipales controladas por el crimen organizado. El gobernador Malova había sido rebasado en momentos delicados por las acciones criminales, pero siempre encontró un punto de apoyo en el ejército. El conocimiento de la zona y los resultados positivos permitieron a la Secretaría de la Defensa Nacional mantener al general Moisés Melo García durante trece años en tierras sinaloenses aunque en diferentes niveles de zonas y regiones militares.

El pase a retiro del general Melo García fue una posibilidad que vio como auxilio el gobernador Malova porque la situación de seguridad se había complicado no sólo con el arresto de El Chapo en Mazatlán y el reacomodo escalafonario de capos para mantener el control del territorio sinaloense ante la posibilidad de que Los Zetas y el Cártel de Juárez aprovecharán el tropiezo para disputar la plaza. Y a ello se agregó el descuido gubernamental al no medir las protestas a favor de El Chapo y la organización de grupos beneficiarios del crimen organizado.

Las marchas a favor de El Chapo mostraron la penetración del crimen organizado en las estructuras sociales locales y la ausencia de acciones de tejido social y de tejido político del gobierno estatal para ir aislando a los cárteles. El conocimiento del general Melo García de la capacidad de operación del Cártel de Sinaloa-Pacífico podría permitir acciones de desarticulación de las redes sociales y del control de grupos de personas por la estructura de El Chapo.

La tarea del general Melo García no será sólo frente al Cártel de El Chapo sino que tendrá que operar en cuando menos tres frentes: hacia la opinión pública por el alto grado de confianza social en el ejército, hacia la estructura de seguridad lastimada por la penetración de la corrupción y hacia el propio ejército en las zonas y regiones que tienen que ver con la zona Sinaloa-Durango como enlace funcional en acciones coordinadas.

El general Melo García conoce a fondo las debilidades de la estructura de seguridad, pero también las fortalezas que le permitieron usarlas en acciones contra las bandas criminales. De ahí que el general Melo García haya sido visto por el gobernador Malova como un espacio de ayuda en momentos en que se esperan reacciones violentas de seguidores de El Chapo y la posibilidad de que sus enemigos quieran apoderarse del territorio sinaloense con una estructura civil de seguridad bastante debilitada.

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