Mirada letal

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A mediados de la administraciónanterior, un personaje del más alto nivel político regional tomó un vueloprivado para asistir a un encuentro discreto con CARLOS SALINAS DE GORTARI,quien para entonces ya operaba tras bambalinas el proyecto que mayormente lepreocupa: el retorno del PRI a Palacio Nacional.

Tras los saludos ycortesías de rigor, el tamaulipeco consideró prudente agradecer a SALINAS losapoyos que recibió la entidad durante su gobierno.

En silencio, conla mirada siempre alerta y una sonrisa de satisfacción, el anfitrión asentía acada palabra.

Y todo hubieramarchado a la perfección si no fuera porque, de pronto, un detalle inoportunocortó de tajo el buen ánimo de la conversación.

El desatinohabría ocurrido cuando el invitado quiso evocar el ambiente que se vivía en losaños noventas…

-“Recordaráusted que en aquel tiempo el gobernador de Tamaulipas era el licenciado MANUELCAVA…”

-“¿MANUELque???”, interrumpió el ex-presidente en tono áspero de reclamo, levantandoel volumen y enervando la voz con un tono peligrosamente agudo.

En fracciones desegundo todo cambió. La expresión afable se volvió de hielo, el rostro deSALINAS se petrificó y destellos de cólera parecían inflamar sus pupilas.

Con la rapidezdebida, el paisano entendió el mensaje y optó por hacer mutis, dejando la frasesin terminar y el vocablo mismo a medio pronunciar. Los puntos suspensivos le habránparecido eternos.

Era obvio que suinterlocutor no quería que le mencionaran, ni por asomo, ese nombre.

Arqueada la ceja,afilado el rictus, emergía tal cual aquella mirada mefistofélica que conoció ensu momento FERNANDO ORTIZ ARANA cuando aseguraba haber visto “la muerteen los ojos del Presidente”.

De regreso a CiudadVictoria la explicación surgió de algún asesor político local.

Por los días enque ZEDILLO convirtió a SALINAS en su villano predilecto, el ex-mandatario enfuga se había exiliado en Cuba y luego en Irlanda.

Buscandorecomponer su situación, el hombre empezará entonces a mover sus hilos desde lasombra.

Haciendo unrecuento de sus fuerzas leales, decide llamar a ex-miembros de su gabinete ytambién a gobernadores en funciones que le debían el cargo.

Entre ellos, elde Nuevo León SOCRATES RIZZO y también su vecino de Tamaulipas. De la respuestaque cada cuál daría a dicho llamado se escribieron dos historias completamentediferentes.

El economista deLinares no lo pensó mucho y viajó de inmediato al encuentro con su ex-jefe yamigo. En consecuencia, el gobierno zedillista lo presionó para que abandonarael cargo, entre una lluvia de periodicazos y sonoros escándalos de corrupción.

El matamorensehabría reaccionado de otra manera. Enterado de la invitación, voló a la capitaldel país, pidió audiencia en Los Pinos y le contó todo a ZEDILLO.

Como no siemprees posible hacer feliz a todo mundo, CAVAZOS habría optado por sacrificar sulealtad al amigo prófugo y mostrar obediencia al poderoso en turno.

Con ello MANUEL,a diferencia de SOCRATES, gobernó hasta el último día de su mandato. De ahí elrencor cerval que en los años siguientes pareció guardarle SALINAS.

Por todo ello,ahora que CAVAZOS es candidato de nueva cuenta al senado y al momento en queSALINAS asoma como operador principalísimo de PEÑA NIETO, las dudas son muchasy se esparcen en racimo:

(1) O bien lahistoria que cuento arriba es completamente falsa, para lo cuál tendría quehaber mentido la fuente que me la reveló, a pesar de haber estado presente enesa charla de dos.

(2) O acaso elenojo resultó menor a la proporción imaginada y al paso de los años pudieronlimar asperezas el amigo que se quedó esperando y el hombre que nunca llegó.

(3) O, tal vez larecién anunciada nominación senatorial se ejecutó sin considerar la opinión de CSG,apareciendo en el horizonte como un simple pago a tareas electoralesdesempeñadas por MCL en estados donde el PRI ganó, como Michoacán, por ejemplo.

Elija usted, amigo lector.

 

– BUZON: lopezarriaga21@prodigy.net.mx

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