POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO—
—¿SEGUIRÁ CABEZA LOS PASOS DE ALITO?—–
Un político de Campeche, como lo es su ahora gobernador con licencia, Alejandro Moreno Cárdenas, está a punto de llegar a la máxima dirigencia nacional del PRI. Todo ello, se sabe, avalado por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. De esta manera, Alito, se perfila, para ser el gran aliado de AMLO, en lo que a su proyecto político se refiere.
Al menos, ya desde ahora se pone en duda, cual habrá de ser su conducta opositora, y sí realmente va a asumir una posición critica ante los yerros de la Cuarta Transformación. Hasta ahora, ha sido más crítico el líder del senado morenista, Ricardo Monreal Avila, al señalar que, el gabinete no apoya al Presidente. No se le ha visto nada a Alito como opositor.
Lo más probable es que sea una triste comparsa. Y ya en una columna nacional,(“Risa y Risa, AMLO y los gobernadores del PRI), escrita por Carlos Loret de Mola, se pone de manifiesto que, AMLO puso a su protegido Alito, como el intermediario con los gobernadores tricolores, cuando de bajarles la canasta del presupuesto, se trata. Más claro, ni el agua. Alito quiere ser candidato a la Presidencia, y AMLO lo está apadrinando.
Pero, retomando el tema CV, hace unas semanas hizo una declaración, en el sentido de que, la política migratoria del gobierno federal, era errática, pues tenía consecuencias negativas en temas como el de la inseguridad y el de la salud. Posteriormente Cabeza ya no ha salido a la la palestra para criticar la política de AMLO, y vaya que la 4T tiene muchos puntos vulnerables.
La verdad es que AMLO ve bien al cabecismo tamaulipeco. Más que las palabras, hablan los hechos: mire usted, el Presidente le dejó manos libres al panismo en las pasadas elecciones. Le cortó los dientes a la FEPADE, y convirtió al titular de esta institución punitiva, don Agustín Ortiz Pinchetti, en un manso corderito.
Actualmente, el gobernador tamaulipeco se encuentra convertido en el líder de los gobernadores panistas en todo el país. Es el operador estrella, por excelencia. O sea, CV es lo mismo que Alito, antes de convertirse en el aspirante más fuerte a la dirigencia nacional de su partido.
Lo anterior, nos da sustento para formularnos una pregunta: ¿es probable que el gobernador tamaulipeco, se convierta en el líder nacional del PAN, y con ello adquiera el boleto de presidenciable?
La vía podría ser la misma que sirvió al gobernador campechano con licencia: o sea, AMLO llamaría a los gobernadores del PAN y les diría que, en adelante, el interlocutor en materia de programas y obras en sus estados, sería el mandatario tamaulipeco.
Así de simple. Por lo tanto, tiene lógica y sustento la pregunta: ¿seguirá Cabeza los pasos de Moreno Cárdenas..?
——– REALIDAD Y PODER——-
Si la verdad, tal y como la definen los estudiosos del tema, es la correspondencia entre una afirmación y los hechos, entonces la clase política en México, sin excepción de colores o de siglas, es una mentirosa.
Los políticos mienten, cuando son candidatos y ya cuando se encuentran en el poder. No lo hacen porque sean malos o buenos, pues aquí no caben consideraciones maniqueistas, los hombres del Estado, o todo lo que tenga que ver con esta categoría, ocultan la verdad, porque si fuesen sinceros, simple y llanamente, no llegarían a ninguna parte.
Es por eso que, los llamados miembros de la clase política, se ven obligados a mentir. Mienten hacia el interior de sus partidos y de sus gabinetes, y lo que es más lamentable, le dicen mentiras a la sociedad que votó por ellos. Este último, el conglomerado social, los ciudadanos suelen pasar de la credulidad y de la emoción a la duda, la incertidumbre y finalmente a la decepción.
Antes, cuando la sociedad no estaba tan comunicada y tecnológicamente, eran escasos y limitados los medios para expresar un desacuerdo o una crítica sobre la realidad, el poder solía permanecer por muchos años, sin que su alejamiento de la realidad, le trajese consecuencias.
Pero hoy, con las redes sociales y todo lo que implica las tecnologías del Internet, el desgaste del poder, ante una realidad que no le favorece, pues es mucho más rápida.
En México, y en el mundo, el debate sobre la verdad, la realidad, los acontecimientos, han traído consigo la crisis de los valores que antes prevalecían, entre ellos la honorabilidad de las instituciones públicas y de quienes están al frente de ellas. Nadie se salva de esta quema de honras. Empezando por los de mero arriba.
Pero, ante esta nueva amenaza real, que cuestiona severamente el ejercicio del poder, provocada por la revolución tecnológica, los Estados y sus burocracias no se han quedado inmóviles. Se las siguen ingeniando para gobernar y continuar haciendo de las suyas.
——ZAFRA INFORMATIVA——-ZAFRA INFORMATIVA——
El gobierno municipal de Matamoros, está difundiendo un video, donde promociona la playa Bagdad, en este verano . El programa se denomina “Pal Playón”, y sus actividades serán del 12 al 14 de julio, con atractivos como los globos aerostáticos, las carreras de trocas cuatro por cuatro y la fiesta de burbujas entre otras actividades recreativas.
Mientras tanto en ciudad Madero, la alcaldía de Adrián Oseguera, está instalando nuevos semáforos y reductores d e velocidad, para beneficio de los peatones. Y todo esto como parte de las acciones encaminadas a proteger a la población, en lo que ya se anuncia, como el inicio de una nueva cultura vial.
Veamos, algunas de sus nuevas herramientas:
Uno.—Han creado grupos de expertos, la mayoría jóvenes, para que desde el vientre de las redes sociales, orienten o induzcan a las mayorías, para que respalden a tal o cual administración, sexenio, trienio o cosa pública, en todos los niveles. Lo que antes se hacía desde los noticieros de la TV o programas de radio, o lineas de prensa, hoy se hace desde los espacios virtuales. El poder sigue incidiendo.
Dos.—Existen las famosas empresas de encuestas, las cuales son expertas en medir y determinar a base de datos duros, así les llaman, la suerte de un gobierno y de su respectivo gabinete. Las encuestas, tienen un efecto psicológico multiplicador. El hecho de que una casa encuestadora, afirme que un Presidente, un gobernador, o un alcalde está en la cima o en su defecto, se encuentra en el sótano, es algo definitivo.
(El mejor parámetro para medir la eficacia de un gobierno, son sus propios ciudadanos. Aunque en ocasiones, como es el caso de ciudad Victoria, el mal humor social y los números de la encuesta, coinciden: Xico es el peor).
Tres.—Los gobiernos operan programas sociales dirigidos hacia la masa necesitada. Por esta vía, sus obligaciones constitucionales, se convierten en una fuente de generosidad, de altruismo que trata de controlar a una base ciudadana de votantes, para asegurar su respaldo en las urnas.
La gente no sabe, o al menos no lo racionaliza, que las autoridades tienen la obligación de crear los mínimos de bienestar. Y que la Constitución les ordena también moderar cualquier brecha entre indigencia y opulencia.
Aunque esto, en la práctica, no se cumple, y finalmente la centralización de la economía y de la riqueza está depositada en pocas manos. Mientras la mayoría sobrevive, en una democracia de mentiras.
Durante los últimos cuarenta años, por lo menos, en México, ha crecido exponencialmente la pobreza extrema. Esto último ha provocado una despersonalizacion de la sociedad. La democracia electoral, tal y como la entendemos, se ha convertido en rehén del hambre y de la necesidad.
Y así va a seguir, porque, a los gobiernos, les conviene tener a una masa hambrienta, dócil y adoctrinada, dispuesta a servir como instrumento electoral. Pero no les conviene tener a una sociedad productiva, trabajadora, crítica y viviendo en un ambiente de paz y de libertad.
A los hombres no hay que darles el pez, sino enseñarlos a pescar. El país, no puede regresar a los tiempos de una tecnocracía super corrupta, inoperante y excluyente, como la que generaron durante décadas el PRI, y posteriormente el PAN.
Pero tampoco, podemos caer en un régimen de dadivas y clientelismo social,como el que propone MORENA.
En síntesis, no se puede injertar un adoctrinamiento social y clientelista, en un capitalismo que exige condiciones de democracia abierta y mayores niveles de honestidad del poder público.
Engañar, adoctrinar a la gente y manipularla, para mantenerse en el poder, también es una forma de corrupción.