OPTIMUS
Por: Jorge A. Pérez González
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Domingo 2 de diciembre 2018
Ayer se dio paso a un nuevo gobierno federal, atrás quedaron las dudas de si sería posible o no, pues está tan polarizado el país, que nunca faltaron desde tiempo de campaña las sugerencias directas y veladas para que alguien rompiera el esquema mediante el recurso extremo del magnicidio.
Cierto, estoy escribiendo estas líneas antes de la Toma de Protesta de Andrés Manuel López Obrador, esto debido a que el artículo debe de enviarse antes de la ceremonia, pero creo que los factores de poder decidieron atacar la llegada desde otro extremo, el de crear condiciones adversas, desde el punto de vista económico, para enrarecer el ambiente.
A fin de cuentas, esto aunque negativo, resulta menos dramático que atentar contra la vida de alguien, sin embargo, los creadores llevarán en el pecado la penitencia, pues en tiempos de crisis ficticias, quienes más pierden son quienes más tienen.
Resulta increíble pensar en la debacle de un país, por los resultados de su Bolsa de Valores, los capitales especulativos siempre han buscado posarse en donde rindan más sus recursos, no se puede uno imaginar, que el crecimiento de un país, este supeditado a lo que marca la Bolsa.
Las calificaciones crediticias si son importantes, pero estas no dependen exclusivamente de una medición, sino de muchas y si se logra mantener el timón, sin duda se mantendrá la estabilidad.
La palabra democracia es muy clara en su origen etimológico, del griego viene Demos, Pueblo y Kratos, Gobierno, los planteamientos del nuevo gobierno sin duda estarán basados en esta palabra, harán todo lo posible por convencernos a todos, que lo que están haciendo está respaldado por la mayoría, esto que puede ser muy bien visto por algunos, será criticado por mas, pero representará solamente una visión parcial de los hechos, pues el poder no se comparte, tan solo se adecúa a las necesidades de los poderosos.
Nada nuevo, nada que no se haya vivido en las épocas de gobiernos priistas y panistas, el riesgo que supone, es que se actúe por capricho o por venganza, algo que también ya se ha padecido en esta patria.
México es un país de retos, existen los ciudadanos catastrofistas que son muchos, pero también existen los que verán esta transición como una verdadera oportunidad, ¿Quiénes la superaran? Solo aquellos que logren la evolución para saber que las cosas cambiarán mucho y que si no se quiere ayudar, es importante no estorbar.
Algo que ha pasado desapercibido, es que las grandes riquezas acumuladas por algunos en los últimos 40 años, no vinieron de su industria, comercio o factoría, sino de las oportunidades brindadas al amparo del poder.
Se acabaron los capitalistas, pues estos fueron sustituidos por los cercanos al gobierno, desde entonces ya no se habla de los grandes y visionarios empresarios, sino de los grandes prestanombres que han fincado su crecimiento económico en las relaciones cercanas con los hombres de gobierno.
La ambicion de la clase política hizo que la plataforma de la riqueza se ampliara, pero exclusivamente para beneficio personal por medio de testaferros.
Hay quien piensa que esto no va a acabar, que serán otros ahora los beneficiados, pero hay quienes pensamos que esta es la oportunidad de trascender del tercer mundo.
Los votos ya no se compran, aunque se vendan, esto lo sabe muy bien quien será el Presidente de México en los próximos 6 años, como
lo supo en su momento cuando accedió a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Nadie lo quiere recordar, pero como Jefe de Gobierno se sometió a dos consultas públicas para preguntar si debía continuar en el cargo, en ambas consultas obtuvo más del 90 % de apoyo.
Es importante mencionar aquí, que desde 1997 cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la jefatura de gobierno del D.F. bajo las siglas del PRD, ya nunca otro partido pudo obtener el triunfo, hasta estas elecciones en las que los candidatos de MORENA arrasaron en la Presidencia de la República y en la Jefatura de Gobierno.
Así que para la oposición está difícil el acceso, y tal vez por ello, han optado por buscar el desencanto, en lugar de aportar algo a México en EL INICIO.
Jorge Alberto Pérez González
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