Extraña es la condición humana, jamás estamos contentos con lo que tenemos al grado de que se prefiere ir viendo los inconvenientes de la vida en lugar de arrancarle momentos de felicidad, en toda ocasión hacer una oportunidad.
La naturaleza es sabia aunque muchos pensemos que es caprichosa, que quiere hacernos malas jugadas, ella sabe el tiempo que le da a cada acontecimiento y los beneficios que puede traer lo que a veces pensamos es un perjuicio.
Somos ingratos al no valorar lo que tenemos día a día, vivimos la vida tan a la carrera que no nos detenemos a pensar en todo lo bueno que nos regala, nos perdemos en reclamos, que si hace frio, calor, esta lluvioso o nublado en lugar de ver lo positivo y disfrutar el momento.
Desperdiciamos lo más hermoso de nuestra existencia culpando a la madre naturaleza, como si ella fuera culpable de que no tengamos la capacidad de ser felices, la inteligencia para hacer de toda ocasión una fortaleza, o por lo menos un espacio de reflexión.
Por ejemplo, en estos días la mayoría de palabras que escuchamos son de reclamo a la naturaleza, cierto, el frio y la lluvia son un inconveniente para la gente que no tiene un techo seguro, un lugar cálido, un plato de sopa caliente, pero para los que gracias a DIOS, al destino o su trabajo, cuentan con las comodidades necesarias para vivir y disfrutar todas las estaciones del año y sus cambios climatológicos no debe de ser tanto, las personas que no estamos expuestos a las inclemencias del tiempo en lugar de reclamar debemos agradecer el poder tener la oportunidad de ver un nuevo y diferente amanecer.
Agradecidos deberíamos de estar que vivimos en una región privilegiada, donde la naturaleza es bondadosa, que igual nos permite tener días soleados, lluviosos, cálidos, fríos, nublados y que todos y cada uno tienen sus beneficios, la naturaleza es sabia y nosotros inconscientes en ocasiones.
Que si no me dura el peinado con la humedad de estos días, que si se ensucia el coche, que se gasta más energía eléctrica porque el clima no permite que se seque la ropa de manera natural, que se mojaron los zapatos, que como no sale de casa se come de más y luego la culpa por los kilos extras, en fin, esas son tan solo unas de las muchas frases que escuchamos y exclamamos en estos días fríos, lluviosos, ahora resulta que pedimos a gritos la llegada del sol y cuando lo tenemos renegamos de el.
La inconsciencia en ocasiones no nos permite ver más allá, pensar que mientras nosotros nos quejamos por frivolidades, o flojera, hay gente que igual muere de hambre, de frio, o de sed por que no tienen un pedazo de pan para alimentarse, el aire helado se filtra por cada rendija de sus viviendas y no cuentan con que cubrirse y en tiempo de extremo calor no llueve en sus comunidades, sufren la erosión de la tierra y la perdida sus culticos que es su única fuente de alimentación, pero aun así luchan, sonríen, hasta el ultimo momento muestran su mejor cara, en su pobreza y con las vicisitudes de la vida que les toco vivir tratan de ser felices y agradecen a DIOS el amanecer un nuevo día, ¿será justo que nos quejemos nosotros por el frio o la lluvia?, claro que no.
Hay gente que lejos de preocuparse si podrán plancharse el pelo hoy piensan en como calentar el cuerpo y el alma, que desearían comer tres veces al día para sobrevivir pero aun así viven bendiciendo la lluvia que es fuente de vida, el sol que llena de energía, hasta el frio que les dice que están vivos.
Quizá muchos dirán que no son culpables de lo que carecen otras personas y tienen razón, tal vez la vida no ha sido tan benévola con algunos y los malos gobiernos han contribuido, pero de lo que si somos culpables es de no saber aprovechar todo lo que se tiene, de ser ingratos, insensibles y malgastar nuestra existencia quejándonos por lo que no se pudo hacer hoy en lugar de aprovechar lo bueno de cada situación.
A lo que vamos es que debemos vivir intensamente cada día, arrebatarle a la vida destellos de felicidad, aprender a ser agradecidos, disfrutar todo lo que la naturaleza nos brinda, que si hoy no sale el sol seguro habrá un mañana en que brille con todo su esplendor, si se actuara más y se quejara menos se tendrían momentos felices por más difíciles que fueran los tiempos.
Es nuestra obligación a cada día gris dibujarle una sonrisa, de cada tropiezo marcar un nuevo reto, convertir las debilidades en fortalezas, en síntesis, aprender a ser felices bajo cualquier circunstancia.
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