A este país le hacen falta jóvenes emprendedores, estudiosos, aplicados en sus tareas, que les guste leer, pero sobre todo, con criterio suficiente para el debate de ideas, para proponer, para construir.
Hasta hoy la gran mayoría de los muchachos se han metido en una zona de confort, quieren todo y gratis, pretenden ser privilegiados nomás porque a alguien se le ocurrió decir que son el futuro de México y esa no es una verdad.
Explicó, muchos jóvenes se quedaron atrapados en esa idea de que lo merecen todo por la simple razón de que en algunos años tendrán en sus manos este país y la realidad es diferente, ya son días de que deben participar, ya son días en los que deben sumarse para sacar a este México lindo y querido de sus graves problemas de inseguridad, desempleo, educación, salud, y demás… digo, a menos que se consideren personas sin ideas, que no lo son.
Cierto, los adultos, mayormente los responsables de las instituciones que deben atenderlos, formarlos, y hacerlos una realidad, son quienes han frenado sus ímpetus, los sacan “de la jugada» con la torpe explicación de que son rebeldes y pueden absorber ideas revolucionarias, que no les convengan a las instituciones, o insultar con verdades a quienes representan sus intereses monetarios y políticos.
Es el caso de las universidades públicas que no permiten a los candidatos ir a sus planteles a hacer propuestas, a organizar talleres con la juventud para resolver nuestros problemas, a preguntarles que quieren y que pueden aportar a cambio.
La UAT es uno de esos casos, la Universidad Autónoma de Tamaulipas tiene cerradas las puertas de las Unidades Académicas a los políticos en campaña con el argumento de que es riesgoso hacer proselitismo en sus instalaciones, que se pueden desbordar pasiones, y prefieren mejor bloquear espacios a correr riesgos.
Hay certeza de que la juventud encierra mucha pasión y se puede desbordar, pero más real es que los candidatos a los puestos de elección popular le tienen miedo a la gente pensante, a quienes son capaces de construir ideas que no son afines a las propias.
Obviamente serían muy pocos candidatos los que tendrían capacidad y voluntad para pararse en la UAT a hacer trabajo con los jóvenes, le tienen miedo a los abucheos, al que dirán de los medios de comunicación si un solo joven les dice en su cara que no les cree, que son corruptos, mentirosos, o lo que suele pensar un muchacho de esa edad de los políticos.
Pero más vale correr riesgos, más vale dar a los jóvenes la oportunidad de convertirse en ciudadanos a hacer de ellos verdaderas cargas para el futuro, a hacer de ellos profesionistas que no serían capaces ni siquiera de inventarse su propio futuro a placer y a fuerza de conocimiento.
Por eso es de aplaudirse lo que informa la Universidad La Salle en Victoria, su rector detalla que los aspirantes a puestos de elección popular tienen no solo las puertas abiertas sino también la invitación para exponer proyectos y cruzar ideas con sus muchachos, un acción que seguramente requirió de valentía pero más de seguridad sobre el trabajo que hacen en la institución.
La verdad los políticos de todos los partidos deberían aprovecharla, presentarse, exponer, escuchar, debatir, y enriquecer sus proyectos con ideas jóvenes, seguramente algunos ganarán votos y hasta adeptos a sus partidos, algunos más actuarán para sus simpatizantes de siempre, y otros simplemente harán el ridículo, pero lo importante es más la incorporación de la juventud a la política nacional que lo logrado por cada candidato.
Igual sería buena idea que la UAT realice la misma invitación a los partidos y a los candidatos, abrir sus puertas a la política electoral es una necesidad para quienes están formando los profesionistas del futuro, si algo necesita este país es de gente preparada, de profesionistas que hoy odian la política nomás porque nadie se las ha presentado de cerca y por eso aportan muy poco a este país o no desarrollan todo su potencial en beneficio de la comunidad.
Es una realidad que los primeros ejercicios pueden salir mal, es riesgoso para los candidatos, pero serán la mejor motivación para los muchachos, para que dejen de ser el futuro y se vayan convirtiendo en ciudadanos a esta hora, cuando México los necesita.
Por lo pronto hay que estar pendientes para ver que pueden hacer los universitarios de la ULSA, saber hasta donde llegan, si la apertura es total como para recibir tanto a los de la derecha como los de izquierda y pasando por el centro… claro, claro, la pregunta es, ¿y quienes el es valiente y de que partido?.
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