Pendientes, directivos de unidades académicas que parecen más porros que maestros, alumnos que todavía sienten que ser el deportista del año equivale, en automático, a la licenciatura en cualquiera de sus carreras, y también se le acusa de ser una fabrica de desempleados.
Y sin embargo esta Universidad gusta más que las anteriores, porque está sometida a una evaluación constante, en busca de pertinencia de sus carreras, modernizando su planta docente, y certificándose ante organismos públicos nacionales.
Pero además tiene la ventaja de contar con un rector, José María Leal Gutiérrez, consciente de que no se han logrado los objetivos planteados, lo dice en las entrevistas, y lo dice para garantizar que no seguirá, ni buscará un nuevo periodo más, “porque los periodos tan largos crean muchos vicios”, argumenta.
Ayer rindió su tercer informe de su segundo periodo, ya sabe usted, estos eventos son un largo discurso de triunfos, puros éxitos, tan bonitos se ven que causan envidia y de inmediato nos imaginamos una universidad de primer mundo.
Y si, la UAT si es una universidad de primer mundo, hay que reconocer que desde el periodo de Humberto Filizola se empezó a modernizar en su infraestructura, luego Jesús Lavín le habría dado su toque académico si no se hubiera dejado manejar por mentes perversas que pretendían regresar a la institución a sus peores épocas, y Chema Leal ha hecho su trabajo, lo que dejo sin hacer Filizola, pero le repito, con pendientes que asegura resolverá en un año, un año más que le queda al frente como Rector.
Es nuestra máxima casa de estudios, nuestra alma mater, en la que con gusto notamos una evolución satisfactoria, y hay que decirlo y repertirlo, la UAT es de primer mundo con todo y que le falta un buen tramo para tener el prestigio de la UNAM o del Tec de Monterrey, y ni para que hablar de Harvard, Cambridge y muchas otras.
El siguiente paso ya no es solo de las autoridades universitarias, se requiere de los egresados, que salgan a la calle a darle lustre a su nombre, a crearle esa buena fama que necesita.
Por lo pronto, y tomando en cuenta lo ocurrido durante el informe, hay que decir que las condiciones están dadas para lograr la universidad que todos queremos, se nota un buen ambiente y todo el apoyo del gobierno de Egidio Torre Cantú hacía la institución, hacía sus liderazgos, también la sociedad y los organismos empresariales le apuestan a que las cosas van bien, y parece que hay un inmejorable ambiente en México.
Pero no es para vanagloriarse, al contrario, cada muestra de cariño debe tener en respuesta un compromiso, una obligación de hacer las cosas bien por parte de Leal Gutiérrez y todo su equipo.
Esta UAT gusta, sin duda alguna, se ve comprometida, y no ha tenido miedo a las evaluaciones, tampoco a los retos del futuro, ahora, ha recibido el suficiente dinero para ello, por eso no tienen más que seguir cumpliendo, y como diría su rector, tienen la obligación de completar los objetivos trazados, para eso al rector le queda un año y créalo que es mucho tiempo, a la sociedad tamaulipeca nos urge que cada vez nos veamos mejor en las cosas buenas…
Por cierto, el informe rectoral mostró, igualmente, el poder de convocatoria de la UAT, estaban todos los representantes de los partidos, funcionarios de todos los niveles de gobierno y de todos los poderes, ahí se entrevisto al dirigente del PRI, Ramiro Ramos Salinas quien andaba tan sonriente que se atrevió a decir que en Tamaulipas todos son priístas y votaran por el tricolor.
Gustavo Cárdenas fue otro de los presentes, se “gancho” de las descalificaciones que hicieron de él ex seguidores y se dijo confiado en ganar.
Hablando de panistas, Arturo Soto Alemán, tiene la mayoría de los azules activos a favor porque tuvo el buen tino de involucrar a la gran mayoría de las familias con tradición en el PAN en su planilla y sin embargo cometió un error en estos últimos días, sus seguidores lo metieron en una pelea que no es suya, Juan García Guerrero y Silvano Martínez, soltaron toda su amargura en contra de Gustavo lo que podría provocar una división que no se pueda resolver a la hora de ir a la contienda constitucional.
Es decir, Arturo Soto esta más que ganado en lo interno, ya no tiene necesidad de descalificar, Gustavo está tan quemado con la gran mayoría de los militantes que echarle más leña al fuego solo podría servir para quitarle votos o que los panistas piense mal de su trabajo, cosa que no ha ocurrido, al contrario, el joven panista les ha dado una cátedra de cómo posicionarse al interior del PAN y aprovechar, de paso, para que lo conozca la sociedad victorense.
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