Durante el reciente fin de semana largo, miles de vacacionistas enfrentaron un verdadero reto para cruzar hacia Estados Unidos. Aunque todos los cruces experimentaron alta afluencia, los retenes de la Guardia Nacional en Reynosa y Matamoros provocaron filas interminables y demoras de hasta tres horas, generando molestia entre los viajeros. Afortunadamente, el cruce internacional en Nuevo Laredo mantuvo mejores condiciones de tránsito.
Retenes lentos y personal insuficiente provocan caos
La causa principal del colapso fue la operación lenta y manual de los retenes montados por la Guardia Nacional, que sin suficiente personal y con procedimientos poco ágiles, detuvieron por horas el flujo vehicular del lado mexicano. En Reynosa, los puntos de mayor congestión fueron los accesos al Puente Anzaldúa, donde se formaron hasta tres filas independientes de espera: revisión nacional, caseta de peaje y aduana estadounidense.
Además, en el cruce Reynosa-Hidalgo, las filas alcanzaron el Libramiento Luis Echeverría Oriente, con reportes de tiempos de espera que superaban las dos horas.
Cruce internacional en Nuevo Laredo se mantiene como opción más viable
Mientras tanto, el cruce internacional en Nuevo Laredo, específicamente el Puente Juárez-Lincoln (Puente Dos), mostró un comportamiento más fluido, con un pico de tráfico al mediodía pero sin rebasar la hora de espera. Esto lo posicionó como la mejor alternativa para los viajeros que buscaban llegar a Texas sin perder tiempo valioso.
El contraste entre lo ocurrido en Reynosa y la eficiencia relativa del cruce internacional en Nuevo Laredo pone en evidencia la necesidad de revisar los protocolos de revisión actuales y coordinar mejor los recursos en temporada alta.