Treinta mujeres tamaulipecas tomarán prestadas las pasarelas y desde ahí, luciendo hermosas, valientes y seguras de sí, combatirán la violencia que sufren las féminas en todos los rincones de la entidad.
El mensaje, dice Daniela Cavazos una de las participantes, es claro: aquí estamos, somos mujeres y muy bellas, hay que mostrarlo para que se den cuenta de que no siempre se trata de seres indefensos, que nos vean como alguien con poder.
Se trata del certamen Belleza México Internacional que por primera vez se lleva a cabo en Tamaulipas. Claudia Ceja Sosa, directora del concurso, lo define como un espacio en el que no importa qué tan altas sean sus concursantes, la edad y ni siquiera sus medidas. “Porque se piensa en la mujer como es, que se ame como tal, con la estatura que tiene, el físico, solo deben estar saludables y sentirse bien consigo mismas”, expuso. Mientras, las participantes se lucen frente a la cámara, mostrando su mejor rostro, el más sincero. Lo disfrutan, se emocionan y vuelven a posar.
Estas mujeres, con todo y su belleza, también se han encontrado con el maltrato en alguna etapa de su vida. Son unas sobrevivientes que desean contagiar a más féminas, quieren hacerlas creer.
Y dentro de este grupo está Dulce Sagrario Benitez de 22 años, concursa en la categoría “Miss” que va de los 18 a los 24. Es madre soltera y asegura que su hijo es el motor que la impulsa a no dejarse vencer.
“Tengo un niño de cuatro años que es mi adoración y por él lo hago, quiero superarme y que esté orgulloso de mí, él es mi motor, mi todo. Además me motivó demasiado la causa del certamen, que entre mujeres nos apoyemos para ayudar a las mujeres que son maltratadas”, expresó. Lleva un elegante vestido negro de maga larga, entallado y plagado de pequeños brillos. “Adoro los brillos”, comenta y lanza una gran sonrisa.
Dulce modela vestidos de novia, actividad que complementa con la venta de productos por catálogo y cup cakes. Cuenta que desde pequeña se ha interesado en las ventas que le permitan tener su propio dinero, para no exigir demasiado a sus padres.
“Hay que ver las cosas buenas de la vida, a mi hijo lo voy a sacar adelante así tenga que trabajar 14 horas o las mismas 24 horas del día no me importa, por él. Actualmente, dependiendo del pedido a veces solo duermo de dos a tres horas, pero gracias a Dios nos está yendo muy bien, ya junté para pagar su inscripción del kínder porque va a entrar”, comentó. Dejó la preparatoria cuando tenía 17 porque cayó enferma y cinco meses después se enteró que estaba embarazada, recuerda que era tan delgada que no había notado los cambios en su organismo. “Creerte hermosa cuesta trabajo”, dice ésta chica que tiene de mejores amigas a las cámaras a las que observa con orgullo y seguridad.
“Hubo un tiempo en el que estuve…después que nació mi bebé tuve muchos problemas conmigo, me veía fea, lo superé con el amor de mi bebé, lo ha sido todo realmente, desde que supe que estaba embarazada dije que por él saldría adelante porque merece lo mejor”, aseguró.
A Dulce la crió su abuela, una de las personas más importantes en su vida, ya que fue la única que la respaldó cuando decidió tener al pequeño que nombró como a su abuelo: Roberto.
“Nunca pasó por mi cabeza (abortar), desde el ultrasonido, cuando vi su manita pegada, fue el momento más hermoso de toda mi vida”, sostuvo y los grandes ojos negros rodeados de brillos se le llenaron de lágrimas.
“Esta persona (su pareja) no quería que lo tuviera, pero me opuse y le dije que era mi hijo, que aunque él no lo quisiera yo haría todo lo posible para sacarlo adelante y que no lo íbamos a necesitar”, comentó. Al cabo de unos meses Dulce terminó la preparatoria con el apoyo a larga distancia de sus padres, actualmente estudia alemán y quiere hacer una carrera profesional.
“Ahorita estoy juntando dinero para pagar mi universidad porque quiero superarme para él, quiero estudiar químico farmacéutico biólogo, se me hace muy padre saber que podrías descubrir la cura para alguna enfermedad y ayudar a la gente”, expresó.
En la zona del modelaje, recuerda que el año pasado se inscribió en Proyecto Diva y aunque sabe que no se dedicará a esto por el resto de su vida, el hecho de caminar sobre una pasarela la hace sentir más segura. “De chiquita soñaba con poder salir en las pasarelas, realmente no porque modeles y seas bonita vas a ser tonta, hay muchas mujeres que son muy bonitas e inteligentes, me molesta que piensen así de nosotras.
La primera vez sentí presión y miedo, imagínate que te vayas a caer y te vaya a pasar algo enfrente de todos, tienes que estar muy segura de ti misma para pararte en un escenario”, narró. Con su experiencia como modelo afirma que no se necesita ser una chica despampanante con medidas 90-60-90, solo creer en sí misma. “Soy demasiado terca, hay gente que no lo ve como cualidad, pero yo creo que sí, estando al pie del cañón, sé que aunque batalle voy a lograr lo que quiero, voy por todo”, manifestó.
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