En solo nueve días, un hombre de 33 años se mudará con su esposa y sus dos hijos a Playa del Carmen, México, en un intento por evitar una deportación y mantener a su familia unida “a mi esposa la conocí aquí en San Benito, andábamos en un baile”, recuerda David.
Ese encuentro fortuito, ocurrió hace 11 años, pero tanto él como Isabel, su esposa, lo recuerdan como si hubiese sido ayer “lo miré, y fui la que inicié la conversación”, comenta Isabel con una sonrisa.
Ambos coinciden sin dudarlo: “Eso fue amor a primera vista”.
Durante más de dos décadas, San Benito fue el hogar de David. “Estados Unidos fue muy bueno para mí. En todos estos años que estuve aquí, gracias a Dios la pasé muy bien, conocí a mi esposa, hice mi familia”, dice agradecido. Sin embargo, reconocen que los últimos meses han sido difíciles “pues han sido los peores desde que estoy aquí”, confiesa.
La amenaza constante de deportación, debido a su estatus migratorio, lo llevó a tomar una decisión difícil pero voluntaria: dejar el país “decidimos irnos para salir por la puerta grande, y no tener que salir obligadamente”, afirma con determinación.
Isabel, ciudadana estadounidense, no dudó en acompañarlo “por el amor a mi esposo, yo soy capaz de ir al otro lado del mundo”, asegura.
Sus dos hijos, nacidos en San Benito, también iniciarán una nueva etapa en México pues “esta es la primera vez que yo y mi familia vamos a vivir a Estados Unidos”, menciona David entre risas, en referencia al hecho de que él vivió siempre en EE.UU., mientras sus hijos nunca han estado fuera del país y concluye que “ahora el tema de migración está separando familias, y yo no quisiera que mis hijos crecieran sin mí, o sin mi esposa”.
Pese a que David es el único miembro de la familia que no posee ciudadanía estadounidense, existen vías legales que podrían permitir su retorno en el futuro. Por ahora, emprenden un nuevo capítulo, con esperanza y el deseo de volver algún día.
Telemundo 40