Altamira.- Después de casi cuatro décadas de ser un punto de referencia en la zona de Santa Amalia, la estación cuarentenaria de Altamira se prepara para un cambio que marcará un nuevo capítulo en su historia.
Este punto del control fitosanitario, testigo del crecimiento del Puerto de Altamira desde los años 80, dejará su ubicación actual para reubicarse en la zona rural del sur de Tamaulipas.
El alcalde Armando Martínez explicó cómo el nuevo emplazamiento permitirá inspecciones más eficientes, lejos del caos vehicular que ahora rodea la antigua estación con la apertura del Puente de la Esperanza.
“Ya no es funcional dónde está”, confiesa, mientras recuerda cómo el puerto y su infraestructura crecieron mucho más rápido de lo que alguien imaginó en 1985.
La nueva estación, que se ubicará unos kilómetros adelante del puente de la Esperanza, lo que permitirá una revisión fitosanitaria más eficiente y segura. Su ubicación estratégica facilitará el acceso para los vehículos que ingresan al estado, mejorando la seguridad alimentaria y la protección de la flora y fauna de Tamaulipas.
Armando Martinez señaló que la construcción de la nueva estación es un proyecto ambicioso que modernizará las instalaciones y ofrecerá un mejor servicio a los usuarios.
Además de la nueva ubicación del control fitosanitario, se busca complementar un circuito vial que comprende desde la estación cuarentenaria hasta el paso superior de Santa Amalia sobre la carretera Tampico-Mante.
El alcalde Armando Martínez expresó que se requerirá 1.5 hectáreas y no solo modernizará las revisiones de ganado con destino a EE.UU., sino que también formará parte de un circuito vial estratégico.
Desde su futuro emplazamiento hasta el Puente de la Esperanza, se tejerá una ruta mejor iluminada y más segura para familias de colonias como Unidos Avanzamos y Carrillo Puerto, que hoy ven pasar camiones ganaderos entre sombras.
“La modernización de la estación cuarentenaria es un paso crucial para el desarrollo económico de la región, ya que permitirá un flujo más eficiente de mercancías y un mejor control sanitario”, dijo, por lo que ya se propuso al gobernador Américo Villarreal por lo que en breve se tendrá ya la respuesta para su realización.
Curiosamente, este cambio no solo es cuestión de logística, sino también de identidad. La estación original nació junto al puerto de Altamira, cuando este era apenas un muelle de 250 metros. Hoy, con 4.5 km de muelles y 13 terminales especializadas, la zona es un gigante comercial que exige adaptarse.
La nueva estación cuarentenaria de Altamira, con su ubicación estratégica y sus instalaciones modernizadas, será un punto clave para el comercio exterior y el desarrollo económico de la región, ya que permitirá un flujo más eficiente de mercancías y un mejor control sanitario.
Paulo Monsiváis