Tamaulipas tiene el registro de 71 brotes del virus de mano, boca, pie en lo que va del año, con un incremento reciente durante octubre, cuando se registraron 22 nuevos brotes que afectaron a 163 niños en distintos municipios del estado.
El director de Epidemiología, Sergio Eduardo Uriegas, informó que la mayoría de los casos se concentran en Tampico, con 14 brotes activos y 101 menores afectados, principalmente en seis guarderías, cinco jardines de niños y tres primarias. Le siguen El Mante con tres brotes, Ciudad Victoria con dos y Matamoros con dos.
“El punto clave para frenar los contagios es la higiene de manos, que debe ser frecuente y minuciosa, con agua y jabón. No se requiere ningún producto especial”, subrayó Uriegas.
El funcionario explicó que el virus es altamente transmisible por contacto directo o superficies contaminadas, y se propaga con facilidad en entornos escolares. Por ello, la Secretaría de Educación ha aplicado filtros sanitarios en guarderías y escuelas para evitar el ingreso de niños con lesiones visibles en manos, pies o cara.
A los menores que presentan síntomas se les recomienda permanecer aislados al menos siete días en casa, tiempo durante el cual el virus deja de ser contagioso. Una vez que las lesiones desaparecen, pueden reintegrarse a sus actividades escolares.
El epidemiólogo destacó que, aunque la enfermedad suele ser benigna y autolimitada, puede causar deshidratación por las dolorosas úlceras en la boca que impiden que los niños beban agua.
“Los padres deben vigilar que los menores no presenten ojos secos o mucosas resecas. Si hay signos de deshidratación, deben acudir de inmediato al médico”, advirtió.
Las autoridades también recomendaron a las escuelas desinfectar constantemente mesas, juguetes, manijas, utensilios y superficies comunes, para reducir los riesgos de contagio.
“Es importante que tanto maestros como cuidadores enseñen a los niños a lavarse las manos correctamente y mantengan los espacios limpios”, añadió Uriegas.
El virus de mano, boca, pie común en menores, provoca fiebre, lesiones en la piel y ampollas dolorosas en la boca. Aunque no tiene un tratamiento específico, la prevención y el aislamiento oportuno son las mejores estrategias para cortar la cadena de transmisión.
María Macías



