Víctimas de derrumbe quedaron en el desamparo tras resolución de juez

0
88

Ciudad Madero.- Víctimas del derrumbe de la Parroquia de la Santa Cruz no tuvieron apoyo y quedaron en el desamparo tras la resolución del juez, quien determinó que se trató de un accidente causado por la salinidad que afectó la estructura del edificio.

Roberto Alejandro Ramírez Padilla, asesor jurídico de 12 afectados, indicó que la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas (FGJT), emitió un ejercicio de inacción penal.

“Hace casi un año exactamente, solicitamos una audiencia de garantías ante un Juez de Control el cual reafirmó que a quien le asiste la razón es al Ministerio Público. Tanto la Fiscalía, como el Juez de Control con quien llevamos la audiencia, manifestaron que el derrumbe de la iglesia de la Santa Cruz, fue derivado a la salinidad que hay en la zona conurbada”, externó.

El abogado detalló que aunado a la salinidad, la humedad y la vibración por el paso de los camiones en los alrededores, provocaron que la estructura colapsara el 1 de octubre del 2023.

De los 12 afectados por el derrumbe, dos murieron y 10 enfrentan costosas cirugías
Ramírez Padilla, detalló que de los 12 casos que llevó, dos de ellas perdieron la vida y 10 más resultaron con lesiones de gravedad cuyas cirugías y rehabilitación han sido costosas y han corrido por cuenta de los mismos afectados, ya que nadie los apoyó.

“Nada más el presidente municipal de Altamira pagó los gastos funerarios, de ahí en fuera no recibieron ningún tipo de apoyo por ningún otro político, ni por ninguna otra persona. La iglesia sigue doliéndose como una víctima más, en donde argumentó que no hubo negligencia y que se trató de un accidente”, externó el abogado.

Roberto Alejandro Ramírez, indicó que tras el resolutivo emitido por las autoridades, sus clientes desistieron en continuar con los alegatos ya que además de generar gastos, era algo muy doloroso.

“Era algo muy doloroso para ellos, tanto emocional como físicamente. Tenían pensado por ahí hacer un viaje a la Ciudad de México para pedir apoyo al anterior presidente, incluso tenían pensado viajar a Ciudad Victoria para pedir apoyo al gobernador, pero era algo que les generaba gasto”, indicó.

El defensor mencionó que en el caso de las personas que resultaron lesionadas, hay un caso en el que a dos años de esta tragedia seguía convaleciente, en tanto que otros han tenido dificultades para poder regresar a sus trabajos.

“Nosotros lo que reclamábamos era una indemnización para las víctimas que se cubrían todos y cada uno de los gastos médicos de ellos, que se les diera una indemnización como reparación de daño moral y sobre todo, con la cuestión del menor que quedó en orfandad, el apoyo educativo”, externó.

Agregó que lo que las familias afectadas pedían era la reparación de los daños, sin embargo no lo lograron y en la mayoría de los casos, todos los gastos corrieron por las mismas familias. 

“Por lo menos se estaba pidiendo dos millones de pesos por cada víctima que falleció. Y con cuestión de las personas que se vieron lesionadas, que ya no pudieron trabajar, entre ellos un ingeniero se pedía que se cubrieran dos y cada uno de los gastos de sus cirugías, que hago mención, son cirugías de arriba de 100 mil pesos, por el simple hecho de honorarios médicos y material”, indicó.

PC alertó sobre la falta de planos y permisos de construcción
Detalló que el inmueble desde hace dos años antes de la tragedia no había recibido algún tipo de mantenimiento, ni tampoco la supervisión de las autoridades para garantizar la seguridad de las personas que asistían.

“Incluso también se hizo el conocimiento a la autoridad, en este caso al juez de garantías, que en el momento que Protección Civil del Estado rinde su informe, hace mención que no cuentan con ningún documento de la Iglesia, es decir, no cuentan con planos, no cuentan con el permiso de construcción, no cuentan ni siquiera con una visita que se haya realizado”, puntualizó.

Mencionó que esto era una situación irregular, debido a que la parroquia tenía una antigüedad de entre 50 a 60 años, por lo que era de suma importancia los trabajos de mantenimiento y supervisión.

Juan Hernández